Seminario de Perspectivas Políticas (4/4)

Evaluación de la alternancia

Para concluir con el II Seminario de Perspectivas Políticas, se realizó el tercer y último panel, constituido por el licenciado Jesús Murillo, Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional PRI y Senador de la Republica; el senador José González Morfín, Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y Coordinador de la Bancada del PAN en el Senado, y por el ingeniero Jesús Ortega Martínez, Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD; esta mesa fue moderada por Jeffrey Weldon, Jefe del Departamento Académico de Ciencia Política del ITAM.
Jesús Ortega comenzó por explicar que es necesario enmarcar el hecho de la alternancia en un proceso de transición democrática en México. Esta transición nos lleva de un partido casi único a un sistema democrático. Se partía de la base de que, con la alternancia, se daría un cambio sustantivo en el sistema político de nuestro país, pero no ha contribuido a la construcción de un nuevo régimen político democrático, sino, por el contrario, ha resultado en una regresión al antiguo régimen presidencialista. El proceso de transición comienza en 1968, pero en los últimos años no se ha dado un cambio en los fundamentos esenciales del viejo régimen. De acuerdo con Ortega, el presidente Fox pacta con los poderes del antiguo sistema para que exista estabilidad en el país y gobernabilidad. Lo que antes hacía el Presidente de la República al gobernar hegemónicamente es un asunto que, en la actualidad, realizan los gobernadores de los estados.
Por otro lado, según palabras de Jesús Murillo, ha existido la alternancia en México, pero no una auténtica transición. El sistema político mexicano nace de condiciones en las que se volvió necesario un partido único de estado para asegurar la estabilidad del país, un partido que se mantuvo en el poder por más de 70 años. Éste se convierte en un partido hegemónico con democracia interna en las elecciones y sienta las bases para un sistema democrático. Pese a que la generación del 1968 aceleró la transición a una democracia, la alternancia que se llevó a cabo en el año 2000 no modificó la estructura fundamental del país, la cual no tenía las condiciones necesarias para la transición. De acuerdo con Murillo, lo necesario hoy es la reforma al federalismo para asegurar la paz y el desarrollo. Se necesita redefinir a los tres poderes de la nación, junto con sus facultades y controles. Para concluir, Murilló advirtió que debemos replantear nuestro sistema, es decir, cambiar del presidencialismo a un sistema parlamentario, lo que supone muchas ventajas al tener una mayoría en las cámaras y poder gobernar. Sin embargo, el miedo reside en que las alianzas parlamentarias podrían durar lo mismo que las alianzas partidistas.
Finalmente, el senador José González declaró que la alternancia le ha dado al PAN la oportunidad de llevar a cabo sus objetivos: solidaridad y subsidiariedad. Dentro de los logros más importantes que se han dado gracias a la alternancia se dividen en tres grupos: políticos, económicos y sociales. Algunos de los más importantes, en materia política han sido un mayor sistema de pesos y contrapesos dentro de las decisiones presidenciales, una mayor incorporación de la ciudadanía en las decisiones políticas, una apertura para la construcción de políticas públicas, un cambio en el funcionamiento de ambas cámaras y un debate abierto por parte de los órganos del poder judicial, entre otros; en temas económicos, el aumento del PIB, la disminución de la deuda pública y el control de las tasas de inflación, y, en el aspecto social, ha sido la transparencia de los programas públicos.
No obstante, aún existen muchos pendientes: el más importante es el paso de la alternancia a la transición. Para lograrlo, es necesaria la corresponsabilidad de los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) y de los tres poderes de la unión. En México, hacer de la toma de decisiones un asunto de partidos es un problema muy grave, por lo que es necesario que exista la reelección legislativa e institucionalizar los programas sociales para que exista un seguimiento.

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